sábado, 21 de noviembre de 2020

De Parque Patricios a Marruecos

 

Compatriotas por el mundo

El saber popular indica que el fútbol es la dinámica de lo impensado. Un juego atractivo en donde los merecimientos, tal vez, no cotizan como paga segura del éxito. Se suele idealizar la profesión del futbolista por el mero hecho de poder ser protagonista, sin tener en cuenta, los giros imprevistos a los que están expuestos. Alejandro Quintana, hoy, nos cuenta su trayectoria, sus experiencias en su carrera por los lugares a donde llegó, tras esa esférica caprichosa.



Primeros pasos

Llegaba fin de año del 2009 con un saldo positivo en su haber: campeón y goleador en la sexta división de Huracán. Con un pie fuera del almanaque deportivo, el imprevisto golpeó la puerta de su joven vida: “recibí la citación del Chulo Rivoira, quien estaba buscando un nueve para la primera, ya que, había muchos lesionados. Buscó e n otras divisiones, pero se inclinó por mí, que había tenido un buen año”.

Llegó así el día de su debut, diciembre del 2009, visitando a Argentinos en la última fecha de ese año “fue inolvidable. Si bien fui al banco pude convertir en mi debut con 17 años, haciendo mi presentación donde Diego Maradona jugó por primera vez. No me fui del todo contento porque perdimos, pero muy satisfecho en lo personal”.  Sin demasiadas posibilidades de descanso, arrancó la pretemporada con la primera y no pasó mucho tiempo para darse otro gusto grande a su temprana edad “ ese año se arregla la transferencia de Defederico al Corinthians y parte de la transferencia y parte del negocio fue jugar el partido por el festejo de los 100 años (Corinthians es el segundo club más popular de Brasil), fue algo increíble”.

En su paso por Huracán alternó entrenamientos de primera con los compromisos de quinta, siempre dispuesto a jugar donde lo necesitaran: “de mi paso por el club me llevo buenos recuerdos. Compañeros de renombre como Roli Zárate, Paolo Goltz, el Gato Esmerado, Montenegro, Eduardo Domínguez, un excelente técnico como Diego Cocca y el mismo Rivoira. Haber jugado contra equipos grandes como Racing o River, a quien pude enfrentar en el Nacional B, aunque fueron años duros, ya que, viví la curva descendente post Cappa”.

En el año 2014 te llega un ofrecimiento de Tristán Suárez, equipo candidato en la “B” Metropolitana, pero te obligaba a bajar de categoría ¿Qué te motivó a ir?

En primer lugar no quería perder ritmo, quería jugar, recién empezaba mi carrera. El técnico me conocía del Nacional “B” y le agradaba mi contextura física. Caruso Lombardi me utilizó mucho como volante por afuera, aprovechando mis zancadas. Me sentí cómodo y el proyecto era serio. Aunque no logramos el ascenso- perdimos la final con Dalmine- el balance fue positivo.

Al año siguiente te llaman de Brown de Adrogué…

Si, tenía buenas referencias del club de su DT (Vicó), muy trabajador y conocedor. Esa temporada fue increíble: veníamos primeros- a poco del final- y perdimos algunos puntos muy tontos en los últimos partidos.

Y con una coronación digna de elogios para no olvidar.

Increíble. Venían Defensores de Belgrano y Estudiantes primeros y se enfrentaban entre ellos en la última fecha; nosotros llegábamos segundos a un punto y visitábamos a Morón. Ellos empataron y nosotros ganamos 2-1 sobre la hora con un gol de Juan Manuel García.

Primer título como profesional…

Si, por el equipo, por cómo se dio la coronación, fue merecido, ya que, los delanteros del equipo terminamos con 12 goles cada uno.

Fin del ciclo exitoso con el ascenso de Brown al Nacional ¿Cómo sigue tu carrera?

Surge la posibilidad de ir a Platense, otro candidato a pelear arriba. No venía bien, ya que, arrastraba un proceso de lesiones. Jugué pero lejos de mi nivel. Me llevé buenas cosas de mi estadía en la Primera “B” Metropolitana. Al ser una divisional dura y pareja, no aprende a usar más el cuerpo, los brazos, esos detalles que forman parte del oficio del delantero; jugar en canchas complicadas por sus dimensiones o por el piso (Armenio, Colegiales) o en lugares picantes como la de San Telmo. De casa paso, hay que saber sacar algo positivo.

Cruzando fronteras

A fin del 2016 llega el ofrecimiento de Universitario de Sucre: “no hubo tiempo para dudas, armar las valijas y viajar. Se dio la posibilidad de jugar la clasificación a la copa libertadores. Quedamos afuera contra Wanderers y tuve un buen rendimiento marcando goles. Me vieron de Blooming, arreglé una salida y cambié de club ese mismo año.

¿Cómo fue jugar en la altura?

Muy complicado. Cuando llegué a Sucre- 2500 metros a nivel del mar- el entrenador me manda a trotar y a los 10 minutos no podía más, estaba liquidado. Cuando me toca jugar en La Paz, al mediodía o alrededor de las 3 de la tarde, buscar aire de donde sea. Acá preocupa también el clima porque a lo mejor te toca jugar en un lugar con mucha temperatura y los que bajan de la altura tampoco están acostumbrados.

Próximo destino África

“Tenía contrato por un año más en Blooming, pero llegó el ofrecimiento de Wydad Al de Marruecos. Arreglé en buenos términos mi salida para emprender otro desafío”.

¿Cómo fue tu experiencia por África?

Positiva, a todo nivel. En lo deportivo salimos campeones de la Copa Africana, así que también tuve la chance de conocer otros países. Si te hablo de lo futbolístico: tienen buena técnica y son muy veloces. Quizás les falte un poquito de orden defensivo. El día que mejoren esos detalles van a sorprender en los mundiales”. Muy rico en lo vivencial. Primero reconocer la pasión de los hinchas en la cancha como en la calle o en la vida cotidiana; después vivir en un país con una concepción religiosa tan profunda, imagina que se reza 5 veces por día, antes y después de los entrenamientos. Estar en un mes de Ramadan, donde ayudan y no beben agua hasta las 7 de la tarde, tener que empezar partidos después de las 23 por este tipo de cuestiones. Muy difícil por el idioma, no había traductor y entre señas y algo de inglés la remaba. Más complicado para la familia, mi hija en edad escolar. Pero, un país increíble, uno de los mejores lugares que pude conocer. Por la proximidad, aprovechamos y cruzamos a España

Escrito por Christian D Agnillo

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