Estación Fútbol, dialogó con Lucía Bil de 36 años, defensora de Villas Unidas.
¿Como fueron tus inicios en el fútbol?
- En este deporte no se hace, se nace. Empecé desde muy chiquita con mi hermano que me lleva tres años y después con los amigos de él. Me mandaba al arco y él me pateaba. Luego, en cada ocasión que se presentaba, por ejemplo, en vacaciones era la primera en jugar. Obviamente, el resto eran hombres y había cierta negación de los demás, aunque con mi carácter - fuerte- poco me importaban los comentarios y jugaba igual. De chica lo hice de Hobby, no de manera constante ni en un club.
¿Cuándo lo hacés con más frecuencia o más "profesionalmente"?
- En 2016, comienzo en cancha de cinco. A mitad de ese mismo año, comencé a entrenar en Comunicaciones, pero por horarios de trabajo (Productora) solo podía entrenar, no jugaba los partidos. Luego, fui pasando de club en club, hasta llegar a Villas y ser tenida en cuenta por el técnico. El fútbol, en general, en este sistema es una picadora de carne y el femenino trae esos vicios del masculino y para los técnicos- en su mayoría- las jugadoras somos descartables, no somos seres humanos. En Villas, encontré un técnico (Gustavo Levine) que está con nosotros constantemente y sabe dar el lugar que cada una se merece.
Fotografía del club Villas Unidas
Explica la frase que relacionas a las jugadoras con una picadora de carne.
- Hay como un afán de separar al ser humano de la jugadora de fútbol. Es más, en cuanto al sistema ni siquiera somos profesionales, ni siquiera cobramos por esto. La mayoría lo hacemos por gusto y pasión. Me ha pasado en un club y con un técnico: vení que te quiero fichar, al haber tenido un bajón anímico, ningunearme y no enfrentar el problema. Te dicen: vos bajaste tu nivel. O sea, la relación humana se mide en función de la capacidad que tiene cada una con la pelota. Los técnicos cumplen varias funciones, no solo enseñar y pararnos en la cancha, también manejar un grupo humano. A muchos les falta esa parte. Esta persona no está recibida de técnico y por solo mirar fútbol, se cree que tiene una capacidad que en muchos casos se adquiere con el aula.
¿Mirabas fútbol (de chica)?
- Si, de lo que se veía en el masculino. Mi hermano ponía un partido de Checoslovaquia y yo lo miraba con él, jaja. Si, quizás, seguía ciertas campañas de Barcelona, Inter. Acá, soy muy bostera. A los 10 años mi vieja me decía vamos a tal lugar y le contestaba que no porque jugaba Boca.
¿Tuviste la aceptación de tus padres para jugar al fútbol?
- Fueron medios revolucionarios, con respecto a sus familias. Decidieron hacer con sus vidas cosas distintas a las que sus familias indicaban. Entonces, nos respetaron mucho a mí como a mis hermanos. A mi mamá le gustó que jugara al fútbol. El pensamiento de ellos fue que estaba bien que hagamos lo que quisiéramos, mientras no perjudicáramos a otra persona.
¿Cuándo te diste cuenta que querías ser futbolista?
- Siempre lo supe. El problema fue que paralelo al crecimiento del fútbol femenino, no tenía conocimientos de sitios donde practicar el deporte (en cancha de once). No era tan popular y como en su momento hacía Handball, no estaba interiorizada en el tema. Pero, en el 2015, fue un año donde decidí que no quería perderme nada más y realizar todo lo que me hiciera feliz, por ejemplo, jugar al fútbol. En particular, me genera felicidad y además dije, si está socialmente reprimido porque me lo voy a reprimir yo también.
¿Cómo fue tu proceso laboral/educativo antes de jugar al fútbol y paralelo a la práctica de este deporte?
- Estoy recibida de Productora y Directora de Radio y Televisión, Licenciada en Comunicación Audiovisual, Cocinera y Masajista. Durante mi etapa como jugadora, el año pasado, me recibí como Instructora de Natación. Como productora no encontré trabajo desde que me fui de Canal 9 en noviembre del 2018, si hago algunas "changas". Siempre me mantengo en actividad, trabajando o estudiando, no me gusta estar "al pedo". Como Instructora de Natación, conseguí un trabajo como profesora de planta de Megatlón, pero me ofrecieron horas todos los días- a la tarde-, solo acepté los días que no entreno. Mi mensaje fue claro: actualmente estoy jugando al fútbol y es mi actividad principal.
¿Cómo llegas a Villas Unidas?
- Tuve un paso corto por Deportivo Español y ahí conocí a Fiorella Roldán (actualmente goleadora de Villas). Mientras las dos entrenábamos en Español, me empezó a comer la cabeza: me fui a probar a un club y tenes que venir. En un principio, no le prestaba atención y seguía en Español. En un momento, decidí irme de Español y no meterme en otro club y entrenar por mi cuenta. Duré una semana. A la otra semana me llamó Fiorella- no estaba más en Español- que había quedado en Villas. Otra vez me empezó a insistir para entrenar en Villas y conocer a Gustavo (técnico). Bueno, fui y Gustavo vio mi actitud y me dijo que me iba a fichar. En el medio tuve problemas con el pase, que sin pertenecer al equipo de primera de Comunicaciones estaba anotada para ellos y fue un lío para que me liberaran el pase. Ese es otro tema que pasa en los clubes, se creen dueños de una jugadora que ni siquiera lo hacen profesionalmente.
¿En qué puesto jugás?
- Soy defensora. Siempre lo hice de cuatro, o en su defecto, de tres. Me gusta correr, entonces la banda la hacía sin problemas. En Comunicaciones me habían enseñado a jugar de central (2) y en Español me quisieron tirar de seis y no me gustaba. Cuando llegué a Villas, Gustavo me dijo que me quería de seis, en vez de negarme dije vamos a abrir la cabeza, hablé con él y le dije que es un puesto que no me gusta porque no me han convencido, necesito que me expliques porque me queres de seis y no de dos. Él me dijo que le convencía mucho mi velocidad y capacidad de marca y le servía más de seis porque no tengo dominio de pelota y necesitaba una dos- para su planteo- que saliera armando juego.
¿Cómo se manejan con el presupuesto?
- Es un club pensado en la integración social y las jugadoras que surgen de los barrios humildes, después compradas por los grandes clubes, pero al barrio nunca llega la plata. Siempre se la quedan los Boca- River, Real Madrid- Barcelona. Como muchas jugadoras son de barrios humildes- mis compañeras- el club se encarga de la vestimenta, viáticos, micros, no ponemos un peso. También consiguen subsidios para las chicas que se les dificulta entrenar. Incluso, cuando jugamos de visitante y vamos en micro, con vianda incluida.
¿Cómo consideras la actualidad del fútbol femenino?
- Todos los granitos que se sumen para la mayor difusión y profesionalismo (no del que se define por cobrar un sueldo) es importante. Hay un problema de base. Me refiero a que el fútbol en su versión masculina pasó por una historia de amateurismo y todo el recorrido posterior para llegar a ser lo que es en la actualidad. En su versión femenina, la decisión del ente que regula el fútbol en Argentina cree que como está armado el circo del fútbol masculino, que el femenino se suba al mismo tren. Pero, estás pidiendo a un deporte que todavía necesita- imperiosamente- años de amateurismo subirse a una industria armada. Entonces, quitarle ese paso por el amateurismo al femenino trae muchas consecuencias: que falten viáticos, cosas básicas. Imaginate, si el ascenso del masculino sigue sufriendo eso, sacá tus conclusiones para el femenino. No son solo cuestiones del fútbol, mientras la sociedad- más allá que se avanzó mucho- siga siendo "Patriarcal" y capitalista, la mujer no va a tener, en ningún ámbito copado por el hombre, el lugar que debería tener naturalmente y sigamos cobrando el mismo trabajo menos de lo que cobra un tipo por el solo hecho de ser mujeres, no podemos pretender que de repente el fútbol femenino sea lo que según entendemos debería ser. No se trata del fútbol, se trata de la sociedad, la cultura, el sistema. La luchas es más general que el fútbol.
Escrito por Alejandro Viggiano.
Producción: Matías Rodríguez.
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